Edison Di Pascua fue una leyenda en Laureles, con una fantástica trayectoria que lo llevó no sólo a la selección de Río Negro, sino también a Nacional y casi a Italia donde una orden del Partido Comunista uruguayo de quien era afiliado, le impidió concretar lo que hubiera sido un futuro impredecible.
Precisamente la ironía del destino, hizo que su nieto cumpliera en Italia la misión de su abuelo y estuviera a punto de ser convocado para integrar la selección "azzurra" antes que lo citara Tabárez.
Con semejante abuelo no es difícil que Lucas heredara el fútbol de potrero, la sangre típica de todo jugador rionegrense capaz de marcar con la cabeza cuando no puede hacerlo con los pies.
El "Tito" Di Pascua fue todo un personaje dentro y fuera de las canchas y su prolongada trayectoria está cuidadosamente relatada en el libro "100 Años de Gloria" del Club Laureles, que el profesor Ruben Sicco escribiera en más de 200 páginas, así como la revista por los 70 años de Laureles allá por 1977.
En 1941 y jugando de puntero izquierdo, el "Tito" Di Pascua comienza su carrera deportiva defendiendo a Laureles, equipo que ganó el Torneo de Honor y donde por el deleite de su juego, le había apodado "La Academia". Representó a la selección albiceleste en varios torneos del Litoral, ganándolo seis veces (1943, 44, 49, 50, 52 y 1956) defendiendo también a Rampla de Paysandú donde fue campeón en 1952.
Finalizada su carrera de futbolista trabajó como técnico dirigiendo a Laureles campeón.
Con una memoria prodigiosa relataba a los entrevistadores de entonces cada detalle y cada alineación que había compartido.
Su padre, Isidoro Di Pascua, casi no lo conoció. Era músico y se fue a vivir a la Argentina. En cambio su madre, Viviana Doyenart, servía la leche en la escuela Bialabe donde iba con sus hermanos. Además ayudaba como su único hijo varón a Beba Doyenart en su tarea de empleada doméstica.
Pasó casi toda su vida viviendo en 25 de Agosto e Inglaterra en la orilla del arroyo, que más de una vez los sacó del lugar por la creciente, casa natal que ya no existe.
Los Di Pascua, todos de Laureles, tuvieron también su paso por Anglo, como su tío Mingo.
A los 14 años "Tito" Di Pascua ya era un obrero del Anglo donde compartía con 4.600 personas más las tareas por las que recibía un jornal cada quince días.
Una vez y hablando de sus descendientes dijo: "... tengo un nieto que juega un kilo, pero no lo voy a ver porque juega en 18".
A los nueve años "Tito" había comenzado a trabajar comprándole carne a un militar donde ganaba dos pesos por mes, mucho dinero para un niño.
En vacaciones repartía pan, llevó viandas, fue revistero, trabajó en el sector latería del frigorífico.
"El problema del pago o no pago en el fútbol no existía y era ofensivo jugar por dinero para nosotros", dijo una vez. Aún así, ir a jugar a Paysandú y comprar un postre Chajá de los grandes, era una recompensa formidable.
En 1943 año en que se registra el famoso gol de la red en el arco del arroyo en el Parque Liebig's, "Tito" Di Pascua hizo el tercer gol, el del triunfo, de penal al "Vasco" Washington Barrenechea. "... nadie me lo quería dejar tirar porque yo era nuevo". El Vasco Barrenechea, enorme como era, lo provocaba diciéndole: "che, gurí, tirala acá derecho". Sin embargo la templanza del "Tito" le permitió colocar la pelota en el lugar exacto.
En 1949 vuelve a salir campeón con Río Negro en Mercedes y en ese litoral marcó la hazaña de jugar en cuatro puestos diferentes (inside, centro half, puntero izquierdo y back izquierdo).
En total el "Tito" salió seis veces campeón con Río Negro, proeza sólo igualada por otro gran futbolista como José María Chávez.
En 1943 había debutado con la selección de Río Negro saliendo campeón, ocasión en que jugaron Cerro Largo y Río Negro como preliminar de Uruguay - Argentina, partido a raíz del cual le hablaron para integrarse al fútbol profesional.
El 24 de febrero de 1944 pasó de Laureles a Nacional, pero a raíz de una pelea con Héctor Castro, se volvió a Fray Bentos. Luego en Nacional tendría una muy buena trayectoria en actuaciones y goles.
En 1944 Andriolo y Rompany, personas de gran arraigo deportivo en el medio le ofrecen ir a jugar a Europa, en particular a Italia, lo que era considerado una gran oportunidad. Pero "Tito" se había afiliado al Partido Comunista en 1946 y en 1947 mandó un telegrama a Montevideo que decía: "paso a despedirme; me voy para Italia".
La gente del Partido le reprochó que no podía dejar de atender asuntos políticos de esta región y allí resigna la gran ocasión de su vida. Angel "Coco" Cerrilla terminó jugando en Italia y uno de sus hijos Miguel, escribiría años después otras páginas de la gloriosa historia ranera.
Era también buen jugador de Básquetbol y a los 20 años era blanco en 1942, toda su familia pertenecía al Nacionalismo Independiente. Pero en la Segunda Guerra Mundial se transformó en Pro-soviético convencido de que el principal esfuerzo en la guerra lo hizo la Unión Soviética expresada en cantidad de muertos.
En 1943 hubo una huelga en el Anglo y poco tiempo después fue con "Coco" Nobelasco a afiliarse al Partido Comunista. Viajó a París, a Praga, a Moscú, Leningrado y Stalingrado destruida por la guerra. Estuvo en dos hospitales, pudo conocer el Bolshoi, la Universidad Central de Moscú y las fábricas. Ello le aportó mucho en lo personal pero le trajo dificultades en el fútbol y en la selección.